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Después de terminar un años duro de crisis como ha sido el 2016, ¿qué nos esperamos del nuevo año entrante?
Por
definición, una sorpresa es algo que el consenso no espera. Una encuesta sobre
los gestores de fondos globales realizada por Bank of America Merrill Lynch
(BAML) ha dado un evidente resultado, el cual es el que la mayoría de personas
pensamos. Tras la elección de Donald Trump, los inversionistas esperan un
crecimiento económico, una inflación más alta y mayores ganancias.
Por ello, no
es muy difícil saber cual es la primera sorpresa que nos dará 2017. Hay muchas
expectativas para la eficacia de las políticas fiscales de Trump. Sin embargo,
esto se dará de un día para otro. Se necesita tiempo para la aplicación de
éstas. Además contamos con que estas políticas pueden ser diluidas por el Congreso
en este trámite de tiempo, especialmente los gastos públicos. Además contamos
con otro inconveniente para el crecimiento económico, estamos hablando de
cantidades hasta el 3 y 4%, estos inconvenientes sería demografía y la lenta
productividad.
La siguiente sorpresa viene dada porque los beneficios procedentes de EEUU parecen que están resurgiendo, ya que cayeron en 2016, gracias a la presión a través de recortes en los impuestos a las empresas por parte de la nueva administración. Además un montón de buenas noticias se cotizan gracias a la relación precio-ganancias que sufren los precios de mercado. Las ganancias en los últimos años es de un 70%.
Mientras tanto, la Reserva Federal está registrando tres aumentos de tasas en 2017, algo que probablemente empujará al dólar más alto ( y reducirá el valor en dólares de las ganancias extranjeras de las multinacionales de EEUU). Así que la sorpresa que hemos mencionado antes podría ser que Wall Street no será un gran intérprete en 2017.
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Otra posible sorpresa que nos regalará 2017 podría darse por una gran interrupción del mercado. Por ejemplo, los trillones de euros que son gestionados a través de los mercados financieros todos los días son un objetivo tentador para ciber-guerra y el ciber-crimen.
La sorpresa final puede tener una fuerte relación con nuestro metal preferido, el oro. Elaborar un precio objetivos para el oro es un juego de taza. Así podemos entender por qué las personas que invierten compraron oro a medida que las expectativa de inflación (subida de precios) de los inversionistas han aumentado desde las elecciones de EEUU, se podría esperar que el oro se estabilice. En cambio, se ha reducido, tal vez, por los inversionistas ven el metal como una alternativa inferior al dólar en aumento. Pero el oro no es sólo una cobertura contra la inflación, sino que también se buscan en periodos de riesgos políticos. Y con administración de Trump aparentemente preparada para perseguir un enfoque más agresivo hacia China e Irán, es difícil creer que el oro no encontrará un hueco para brillar en 2017.
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